Fundación Vida Silvestre Argentina

Allá por 1978, con toda la cuota de azar que aporta el vagabundear, llegué hasta la pequeña oficina que la Fundación tenía en la calle Florida de Buenos Aires. Recién comenzaba y por ello todo curioso era bienvenido. Unos días más tarde, el 17 de mayo, se presentó en el Museo de Ciencias Naturales “Bernardino Rivadavia” una película sobre las ballenas francas de la Península Valdés: “The passsing of Leviathan” del matrimonio australiano Jen y Des Bartlett.  Fue para mí todo un descubrimiento. Allí decidí sumarme a la Fundación junto a Francis Erize, Miguel Reynal, Gustavo Costa, Michel Thibaud y Clara Repetto, quienes estaban en aquellas épocas iniciales. Fue una posibilidad de acercarme a las orillas de la naturaleza que desde Buenos Aires se veían remotas.

Comencé distribuyendo afiches para el Grupo Rapaces, ilustré el Notioso, formé el Grupo Cetáceos y fui Coordinador de Proyectos. Publiqué la “Guía para la Identificación de cetáceos del Mar Argentino”, publiqué fotos en sus calendarios y escribí artículos en su revista “Vida Silvestre”. Participé de viajes a Campos del Tuyú, a la estepa de Santa Cruz siguiendo al macá tobiano, a la Puna y muchas otras iniciativas y aventuras.

Posteriormente fui convocado por Teodosio Brea, su presidente, para formar parte del Consejo de Administración. Allí me desempeñé hasta que comencé con la Fundación Ecocentro en Puerto Madryn. En ese momento me pareció que podían generarse alguno conflicto de interés al superponerse las dos fundaciones en algunas áreas de trabajo, decidí retirarme. A la luz de lo que ocurrió posteriormente creo que  podría haber continuado y hacer de puente entre las dos organizaciones. 1978-2000: 22 años de un tiempo junto a tantos compañeros unidos por un mismo ideal en el corazón: el respeto por la Naturaleza.  


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